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Tortilla de patatas y cebolla |
¿CON O SIN CEBOLLA?
Es el gran dilema al que nos enfrentamos los españoles. Y es que hay tortilla española de patatas para todos los gustos. Los hay que la prefieren sin cebolla, mientras que otros acérrimos, defienden a muerte la tortilla de patatas con cebolla.
A mí, particularmente, me encanta con cebolla. Y mi suerte es que, en mi casa, todos la prefieren así. De modo que, no tengo ningún problema a la hora de cocinarla. Siempre que la preparo tiene un éxito rotundo.
Jugosa y buenísima.
Me enseñó a hacer tortilla de patata ya hace muchos años una amiga. Su madre, oriunda de Albacete, le enseñó a ella a prepararla.
Mi madre no la hace igual. A ella no le gusta gruesa, le gustan las tortillas finitas con la patata doradita y sin cebolla. ¡Que desastre! Así cómo iba yo a saber preparar una buena tortilla de patatas con cebolla sabrosa como las que ves en las barras de los bares y se te hace la boca agua con solo mirarla.
Por fin, siguiendo sus instrucciones, empecé a hacer mis pinitos con la susodicha tortilla. Y lo conseguí. Me sale de CHEF. Y nunca mejor dicho, pues años después, cuando ya todos disfrutamos en nuestras casas del extendido internet, pues antes no existía, encontré por casualidad un vídeo del famoso Chef Alberto Chicote, que ensañaba a preparar su tortilla de patatas perfecta. Y descubrí que la preparaba prácticamente igual que a mí me había enseñado mi amiga hacía tanto tiempo. Un gusto comprobar que tenía en mi poder la receta correcta y perfecta.
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Tortilla de patatas y cebolla |
Ingredientes para 4 personas
8 huevos
4 patatas
1 cebolla
leche
levadura Royal
Pasos a seguir
Cortar la cebolla y las patatas en rodajas muy muy finas.
Dejar que se pochen en el aceite de la sartén.
Cuando empiezan a estar blanditas ir rompiéndolas o troceándolas con la espumadera. Sazonar y dejar que se doren.
Ir batiendo los 8 huevos con un chorrito de leche y medio sobre de levadura. Sazonar.
Echar las patatas con cebolla escurridas de aceite dentro del bol donde están los huevos batidos y mezclar.
Ahora, vuelca el contenido total en la sartén escurrida del aceite sobrante y empieza a remover en círculos de vez en cuando hasta que el huevo se cuaje casi en su totalidad, asegurándonos de que al darle la vuelta no nos va a soltar líquido con el que podamos quemarnos. Para ello doramos las orillas de la tortilla ayudándonos de una espátula, e ir dándole forma redondita.
Le damos la vuelta con cuidado, la dejamos dorar un poco más por el otro lado y listo. La sacamos a un plato y cuando la cortemos debe quedar jugosita todavía. A mí, particularmente, me gusta que quede un poco de huevo sin cuajar del todo, para que quede más melosa.
Miniguía para saber cuál es la patata más conveniente para nuestra receta
Es la patata más conocida. La patata todoterreno, como yo la llamo. ¿El por qué? Por su textura. No se deshace al cocer. No absorve demasiado aceite al freír. Es perfecta para asar en horno.
Otra patata todoterreno. Ideal para guisos, frituras o asados.
Dentro de esta categoría englobaríamos patatas con indicación protegida como las gallegas (Pataca de Galicia) y las catalanas (Patatas de Prades).
Perfecta para freír. Queda crujiente por fuera y tierna por dentro.
Piel roja por fuera y carne blanca por dentro. Textura ligeramente granulosa. Perfecta para los amantes de la tortilla de patata. Funciona muy bien en estofados con verduras y guisos de legumbres por su buena cocción.
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