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Carxofes ofegades o alcachofas con jamón |
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Carxofes ofegades o alcachofas con jamón
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La alcachofa es uno de los vegetales mediterráneos más saludables para la dieta.
A lo largo de los años, se han demostrado efectos antioxidantes, coleréticos, hepatoprotectores, mejoradores de la bilis y hipolipemiantes, que se corresponden con su uso histórico. Numerosos estudios avalan que la alcachofa tiene cualidades medicinales. Lo más significativo parece ser su efecto beneficioso sobre el hígado. En la última década se ha hecho cada vez más evidente que la alcachofa tiene numerosos beneficios para la salud, incluida su capacidad para ayudar al sistema digestivo.
La alcachofa es beneficiosa por:
Tener propiedades depurativas y efecto diurético por tanto ayuda en la pérdida de peso y evita la retención de líquidos.
Ser una excelente fuente de calcio y fósforo aunque también contiene potasio, hierro, magnesio y zinc. Entre las vitaminas destacan la vitamina B1 además de pequeñas cantidades de vitaminas C, B3, B5 y B6.
Anti-grasas: Favorece la digestión de las grasas y la eliminación de toxinas de nuestro cuerpo. Reduce el colesterol y los triglicéridos.
Buena para el hígado. Entre las propiedades terapeúticas de la alcachofa destaca su capacidad de regular la formación y salida de bilis. Ejerce acción reguladora sobre el riñón ya que favorece la eliminación de agua y sustancias de deshecho. Está indicada para enfermedades funcionales y orgánicas de hígado, vesícula biliar y vías biliares, así como para los trastornos de los órganos digestivos que de ellas deriven. Es muy útil, en los casos de enfermedad hepática, como la cirrosis y la hepatitis.
Al ser rica en fibra proporciona saciedad, favorece el tránsito intestinal y previene el estreñimiento.

Por sus notables virtudes, durante la Edad Media, por ejemplo, la alcachofa fue uno de los alimentos más caros que existía. Se trataba de uno de los ingredientes más sabrosos en esa época.
Se sabe que los griegos y los romanos ya la consumían; La aristocracia del Imperio Romano la usó como un manjar, un aperitivo y como una ayuda digestiva; sin embargo, el vegetal pareció caer en el olvido hasta la 1500 cuando se registró el uso medicinal de la alcachofa para ayudar a tratar la ictericia y los problemas hepáticos. Durante la Edad Media, se introdujo en Inglaterra de la mano del rey Enrique VII. Más adelante en el tiempo, cruzó el Canal y logró que Catalina de Médici se convirtiera en una de sus más fervientes consumidoras.
Para esta receta podéis elegir unas alcachofas de calidad como yo en este caso he elegido las alcachofas de Benicarló qué son sabrosísimas. Tenemos que cocinar alimentos de temporada y aprovechar siempre su mejor momento.
La alcachofa de Benicarló, en la provincia de Castellón, tiene una DOP. Debido a su delicado paladar, son incontables las recetas en las que es protagonista. Cada año, en el mes de enero, las calles de Benicarló se llenan de aroma a alcachofa. En el marco de la ya tradicional Fiesta de la Alcachofa, tiene lugar la popular Torrà (parrillada) de Alcachofa de Benicarló. Es un acto multitudinario, en el que decenas de voluntarios trabajan para ofrecer esta delicatessen.
Durante las primeras jornadas, desde sus inicios en el 2008, tiene lugar las Jornadas del Pincho de la Alcachofa. Durante las semanas siguientes a la fiesta, se celebran las Jornadas Gastronómicas de la Alcachofa, donde los restaurantes de la ciudad ofrecen a sus clientes platos suculentos y creativos a base de sabrosa alcachofa.
La receta de toda la vida, "carxofetes ofegaetes", alcachofas con jamón
Ingredientes:
alcachofas de Benicarló
AOVE
pimentón dulce de la Vera
virutas de jamón
sal
Pasos a seguir:
Cortamos el tallo y la parte de abajo de las alcachofas para que queden planas y se sostengan de pie en la cazuela.
Les damos unos fuertes golpes boca abajo para que se vayan abriendo las hojas. Espolvoreamos sal y pimentón dulce de la Vera en su interior, dándole unos pequeños golpecitos en la base para que la sal y el pimentón penetren en el interior, hasta el corazón de la alcachofa.
Ponemos agua en la cazuela hasta cubrir el accesorio del vapor. Rociamos con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra las alcachofas. Tapamos la cazuela con la tapa y dejamos que se cuezan durante 45 minutos o una hora, teniendo siempre en cuenta que no nos quedemos sin agua en la cazuela.

Para saber si están cocidas les pinchamos con un cuchillo el corazón hasta el fondo hasta ver que estén tiernas. Las sacamos a un plato acompañadas del aceite de pimentón que habrá quedado en el fondo de la cazuela. El agua debe haberse evaporado casi por completo.
Podemos pasar por la sartén unas virutas o taquitos de jamón y echarlas por encima cuando vayamos a servir en el plato. Nos quedará un aceitito en el fondo para mojar pan de vicio.
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