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Las recetas de mi madre: pollo guisado |
Una receta de siempre, de las primeras que aprendes a cocinar viendo desde pequeño cómo lo hacía tu madre en su cocina. Un guiso tradicional, la base de cualquier cocinero. A fuego lento, sin prisas. Con ingredientes básicos, de la huerta, de temporada. Los ingredientes siempre son los mismos: zanahoria, cebolla, tomate y guisantes, pero según la temporada añadía alcachofas, o champiñones, o habas. La salsita quedaba muy rica para mojar con pan.
Un sofrito y un pollo jugoso, son el resultado del buen hacer de nuestras madres. Cocinado con mimo para los seres queridos. Aprendido a su vez de sus madres. Una receta fácil de hacer y extensible a otras carnes, como el cerdo o la ternera.
Me acuerdo de cómo olía mi casa nada más entrar cuando mi madre hacía este guiso. Ummm, me encantaba mojar pan en la salsita. Incluso, cuando éramos pequeños, ella nos desmenuzaba el pollo y nos abría un bocadillo, lo llenaba de salsita y lo rellenaba con el pollo desmenuzado y yo disfrutaba comiéndomelo como si de una golosina se tratara.
Os digo cómo poder prepararlo. Y si tenéis cocina de gas mejor que mejor, los guisos saben más ricos. Comprobado.
Ingredientes:
2 muslos de pollo por persona
harina para enharinar
2 zanahorias
1 alcachofa por persona
1 cebolla
1 trozo de pimiento rojo
3 cdas tomate triturado
1 puñado de guisantes
1 copa de coñac
sal y pimienta
aceite de oliva
Pasos a seguir:
Salpimentar y enharinar los muslos de pollo. En una cazuela con aceite de oliva ponemos a dorar los muslos de pollo. Una vez estén bien sofritos los reservamos.
Mientras tanto limpiamos las alcachofas y dejamos los corazones, partiendolas por la mitad. cortamos la cebolla en juliana y picamos la zanahoria y el pimiento rojo.
Ponemos a sofreír la verdura y sazonamos. Cuando esté pochada agregamos los muslos de pollo y el coñac y lo dejamos reducir, para a continuación, añadir unas cucharadas de tomate triturado. Damos unas vueltas y añadimos agua hasta cubrir.
Echamos el puñado de guisantes y dejamos que se cueza el pollo hasta que esté tierno. Nos tiene que quedar un caldo reducido que no nos quede muy claro para que tenga buen sabor. La harina que hemos utilizado para enharinar el pollo también ayuda a que el caldo esté un poco más espeso. Rectificamos de sal y listo.
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