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Un clásico: Tortilla de patata y chorizo |
Qué elegir: huevos camperos o ecológicos
En la actualidad podemos consumir tanto huevos producidos de una forma más industrial como huevos camperos o huevos ecológicos.
Los huevos que encontramos normalmente en el supermercado para el consumo son en su mayoría procedentes de gallinas criadas en jaulas.
Si optamos por los huevos camperos o los ecológicos estaremos pagando un poco más por un huevo con las mismas características nutricionales, pero en consecuencia también estaremos pagando un poco más por el mantenimiento sostenible de nuestro ecosistema.
Y, ¿por qué digo esto? Pues porque la diferencia real entre un huevo u otro deriva de la forma en que se crían las gallinas que los producen.
Esto es: un huevo de gallina campero es aquél producido por gallinas que comen pienso igual que las de jaula pero que viven en un corral acotado, por lo que también picotean del exterior bichitos, insectos, lombrices... A su vez, un huevo de gallina ecológico es aquél producido por gallinas que viven en cobertizos, protegidas de la lluvia y el viento y además disponen de un terreno en el que picotear junto con no más de 3000 gallinas. Se alimentan de grano ecológico y sólo pueden ser tratadas con productos naturales destinados a la ganadería ecológica.
Por ello, comprando huevos ecológicos contribuímos a una agricultura y ganadería sostenible.
Los valores nutricionales y su sabor son los mismos. No existe ninguna diferencia en su composición.
Eso sí, la diferencia de color de la yema es debida a su alimentación. Si por ejemplo se alimentan con piensos que incluyen más maíz, el color de la yema es más amarillo. Además los huevos camperos y ecológicos tienen la clara más densa y espesa. Están más prietos.
Cómo distinguirlos
Para reconocerlos, los huevos camperos llevan el código 1 y los ecológicos el código 0 en primer lugar. Después ya viene su procedencia.
Aporte nutricional, beneficios para nuestro organismo
Los huevos nos aportan 150kcal por cada 100g, además de proteínas, vitaminas A, B8, B12, D y minerales como el hierro, fósforo, selenio, yodo y zinc.
Es importante saber que podemos tomar un huevo al día, puesto que no aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Recomendaciones
Debemos siempre consumir huevos frescos, es decir, que no hayan sobrepasado los 28 días desde su puesta. Además es mejor mantenerlos en el frigorífico en un envase o recipiente apto para ellos.
Es de suma importancia no lavar la cáscara de los huevos bajo ningún concepto. Su cáscara es porosa, por lo que la humedad del agua podría penetrar en su interior y mezclarse con los excrementos del animal.
Es por esa porosidad, que en los supermercados y restantes puntos de venta, los huevos se presentan en estanterías sin refrigerar. Al llevarnoslos a casa, el aumento de temperatura del exterior podría hacer que esa humedad penetrase en los huevos y estropeara su calidad.
La diferencia de los tamaños
En cuanto a tallas, los huevos se dividen en cuatro categorías:
S pequeños, cuyo peso aproximado son 53g
M medianos, cuyo peso aproximado son 63g
L grandes, cuyo peso aproximado son 73g
XL supergrandes, cuyo peso aproximado son más de 73g
REFERENCIA.- El mundo.es
La receta: tortilla de patata y chorizo
La tortilla de patata es un clásico para llevar en un tupper y hacer una escapada a la playa, al campo, a la montaña.. o para llevar a la oficina, al trabajo.
En esta ocasión he querido mejorar aún más si cabe la clásica tortilla española con otro clásico, el chorizo.
Y la combinación ganadora de tortilla, patatas y chorizo ha encantado a toda la familia.
Ingredientes:
8 huevos camperos
4 patatas medianas
4 chorizos
aceite de oliva
1 chorrito de leche
Pasos a seguir:
En una sartén ponemos a freír la patata cortada muy fina en rodajas. Sazonamos y dejamos pochar. Conforme se van haciendo y se van haciendo blanditas, las vamos rompiendo con una espátula de madera.
Cuando ya casí esté cocida le añadimos el chorizo en trocitos pequeños y dejamos que se doren.
Escurrimos todo el aceite y volcamos las patatas y el chorizo en los huevos batidos con un poco de sal y un chorrito de leche, que siempre le da más jugosidad.
Volvemos a cocinar en la sartén por ambos lados hasta que quede de un bonito color dorado.
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