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Red Velvet Naked cake de coco

Red Velvet Naked cake de coco
Red Velvet Naked cake de coco

La nueva tendencia en pasteles se llama NAKED CAKE. Ya hace unos años que entraron como moda en España y yo todavía no había podido hacer ninguna.

Tampoco una Red Velvet, así que con esta Red Velvet Naked Cake de coco ya me he desquitado. Objetivo cumplido.

Las Naked Cakes son nada más y nada menos que Tartas Desnudas, es decir, sin fondant ni buttercream que las recubra. 

Su característica principal, además de no llevar coberturas, son sus adornos florales, flores frescas o naturales o flores comestibles que dan un aspecto dulce, elegante y natural al pastel. Tartas con apariencia más rústica y con aire vintage. 

Las frutas frescas son otra de sus características. Podemos ponerlas por encima, en la base o incluso dentro del relleno. Si espolvoreamos un poco de azúcar glass por encima se verán preciosas.

Su artista creadora es Chirstina Tosi, una joven dueña de una pequeña pastelería de Soho en Nueva York, chef fundadora de Milk Bar.

Estas tartas de varios pisos de altura serán el objeto de todas las miradas en cualquier celebración.

También existen las SemiNaked Cake, esto es, tartas SemiDesnudas. Para hacer las Semi Naked Cake debes preparar una buttercream que las recubra pero no completamente, sino sólo parcialmente. Es decir, vas poniendo unos pegotitos de buttercream por alrededor. Si utilizas una plataforma giratoria mucho mejor, será más fácil para tí untar la buttercream. 
Con una espátula vas extendiendo la buttercream por algunas partes, cubriendo parcialmente las paredes de la tarta, para que no queden totalmente desnudas. A mi, particularmente, las semi Naked Cake me gustan más que las Naked cake. Tienen un aire muy romántico y muy vintage. Son muy elegantes y finas. 

Para imprimir la receta pincha aquí 📝

Ingredientes

Estas cantidades son para un molde redondo de 15cm. de ancho por 10cm. de alto que podremos dividir perfectamente en 3. También podemos utilizar 3 moldes de layer cake si tenemos, pero tendremos que tener en cuenta el tiempo de horneado, que será inferior.

Para el bizcocho

40g coco rallado
275g harina
300g azúcar glass
120g mantequilla
2 huevos
1 cdta. café bicarbonato
1 cdta. café sal
2 cdas. soperas vainilla
2 cdtas. café colorante en pasta rojo
2 cdtas. postre vinagre
Para la buttermilk de coco:
240 ml leche de coco
unas gotas de limón

Para el jarabe de coco

160 ml leche de coco
40g azúcar moreno

Para el relleno 

500 ml nata montada
250g queso mascarpone
120g azúcar glass
50g coco rallado

Para decorar

fresas
frambuesas
flores
azúcar glass

Red Velvet Naked cake de coco
Red Velvet Naked cake de coco

Pasos a seguir

Añadimos unas gotas de limón a los 240 ml de leche de coco. Dejamos 10 minutos para que se corte y se forme la buttermilk. Batir pasados los 10 minutos y reservar.


Este es el colorante en pasta que he utilizado. No lo encontré en ningún supermercado de la zona. Solo lo venden en internet y algunas tiendas especializadas de repostería. Es de la marca Sugarflair color Rojo Extra. Utilicé dos cucharaditas de café.


Batimos la mantequilla con el azúcar glass hasta obtener una masa cremosa.


 Mientras tanto tamizamos la harina junto con el bicarbonato y la sal, para que quede bien aireada y se mezclen bien todos los ingredientes. De esta manera conseguiremos un bizcocho más esponjoso.


Añadiremos el colorante disuelto en la vainilla y batiremos nuevamente.
Añadimos el coco rallado. Recordad que si no os gusta el coco lo podéis sustituir por la misma cantidad de harina, o de cacao en polvo en caso de que queráis hacerlo de chocolate.
A continuación los huevos de uno en uno.



A continuación añadimos la mitad de la leche y mezclamos con una espátula. Después la mitad de la harina. Seguidamente el resto de la leche y el resto de la harina.
Siempre con movimientos envolventes. No hay que batir. Solo mezclar con la espátula.

Engrasaremos con mantequilla un molde de 15cm de diámetro por 10 de alto. Engrasar bien los laterales para que al desmoldar nos salga perfectamente redonda y lisa, sin imperfecciones. En el fondo pondremos un papel sulfurizado. Damos unos golpes para asentar la masa y quede lo más uniforme posible. Podéis poner unos aros de acetato que venden para poner en los laterales y que al desmoldar el bizcocho quede perfectamente liso. Esto es muy útil a la hora de hacer la presentación porque nos va a quedar una tarta por fuera perfecta. Lo podéis usar varias veces. E incluso en tartas de queso, por ejemplo, también os quedarán unos bordes lisos que le darán un aspecto más profesional a la tarta o preparación que hayáis elegido.


El horno tendremos que tenerlo precalentado a 200º, para que cuando vayamos a meter el bizcocho y abramos la puerta, al perder calor y bajar la temperatura se quede a la temperatura que nosotros deseamos que son  180º.
El horno debemos mantenerlo a una temperatura constante de 180º sin abrir la puerta constantemente. Si tenemos el horno demasiado caliente el bizcocho puede subir demasiado y eso no es lo que queremos. Esto en el caso de los muffins sí, para conseguir el copete.
Si tenemos el horno demasiado bajo no se cocinará bien. Puede hacerse demasiado por fuera y quedarse crudo por dentro.
Lo mejor es situarlo en la segunda ranura del horno y situarlo sobre la rejilla, en lugar de la bandeja, para que el bizcocho reciba un calor uniforme por todos lados. Podéis ponerlo sobre una base de silicona para que no se reseque demasiado la parte de abajo. La parte de arriba no tiene tanta importancia porque la quitaremos para igualar los cortes que vamos a realizar posteriormente.
Yo lo tuve durante 1 hora y cuarto con calor arriba y abajo con ventilador.
Una vez horneado lo desmoldáis y lo dejáis enfriar sobre una rejilla.


Una vez esté el bizcocho completamente frío y se haya asentado (yo lo dejé toda la noche), procedemos a realizar los cortes transversales lo más rectos y uniformes posible.
Para ello podemos ayudarnos de un palillo largo y atravesar el bizcocho. Despúes con un cuchillo largo de sierra realizamos el corte. El palillo no dejará que nos desviemos hacia abajo y los cortes quedarán bastante uniformes. No tengáis prisa porque esto es lo más importante después, a la hora de rellenar la tarta y montar una base sobre otra. Si no está tdo bien igualado se os irá hacia un lado como la torre de pisa.
Yo lo hice lo mejor que pude, aún así, me desvié un poco.

Este bizcocho Red Velvet que he utilizado queda bastante compacto pero jugoso, lo que favorecerá después el montaje de la tarta. Siempre es mejor utilizar bizcochos un poco más secos para este tipo de estructuras, de lo contrario podemos correr el riesgo de que se nos venga todo abajo, y más si tenemos que trasladar la tarta de un sitio a otro, como fue mi caso. La tarta tenía que viajar en el coche unos kilómetros.
No os preocupéis porque no os quedará seco puesto que después irá almibarado y quedará muy jugoso.



Para el relleno utilicé nata montada con azúcar glass, coco rallado y mascarpone. Quería un relleno estable, consistente, que aguantara el peso de las capas y el traqueteo del viaje, y éste fue perfecto. No se movió un ápice y quedó delicioso. Lo reserváis en una manga pastelera.
No tengáis miedo de poner cantidad para que después al poner las bases no quede una capa fina de nata.

Para preparar el jarabe solo tenéis que poner a calentar en un cazo la leche de coco con el azúcar moreno y dejar que se disuelva. Bañaremos los bizcochos con el jarabe caliente. Haremos unos agujeros con el palillo para que se empape bien. Ésta será la clave para que quede bien jugoso.
Si lo hacemos el día anterior mejor, para que al día siguiente la tarta esté bien asentada y jugosa y haya adquirido todo el sabor.

Montaje:

Pondremos unos pegotes de nata en la base para pegarla y que no se nos mueva. A continuación la primera base. Yo utilicé la parte de arriba del bizcocho que queda más fea y le dí la vuelta. Era la que había recortado por arriba con el cuchillo para que quedara recta. De esta manera no se ve.
Después empapamos el bizcocho con el jarabe.
A continuación la nata montada. Poned una buena capa. Toda bien repartida por igual. No puede haber más relleno de un lado que de otro. Podéis hacerlo con una boquilla rizada para que luego se vea bonito por los lados. Yo lo hice así, aunque el resultado no me gustaba mucho y después de montarla pasé una espátula por alrededor para dejarla lisa. Eso a vuestro gusto. Lisa me parecía más fina.


Seguidamente pondremos la otra capa y repetiremos al proceso hasta la última capa. Yo utilicé lo que era mi base y la puse boca abajo para que por arriba quedara bien lisita. Queda más vistosa y es mejor a la hora de decorarla. Si dejáis el bizcocho descubierto luego no podréis poner nata por encima y alisarla (si es que queréis hacerlo así), puesto que se mezcla el bizcocho con la nata y se desmiga y se tiñe.
Yo la decoré por encima con unos pegotitos de nata con la boquilla rizada y luego unas fresas y frambuesas.
Después alise las paredes de nata con una espátula.

Se trata de una naked cake o "tarta desnuda", así que podéis optar por hacerlo como en la foto o hacer una semi naked cake, de manera que extendéis un poco de nata por los lados, pero no demasiado, que no cubra todo el lateral, solo un poco, creando un efecto rústico que caracteriza la semi naked cake.
Para ello utilizad una base circular giratoria. Esto os ayudará a la hora de alisar y extender la nata. A mí me gustaba así, desnuda y la dejé tal cual. Pero me encantaría ver cómo queda de la otra manera. Si alguien se anima y quiere hacer esta tarta puede mandarme sus fotos y con guste las pondré en el blog.


Después podéis utilizar flores naturales para decorarla a vuestro gusto o flores comestibles, aunque estas son más difíciles de encontrar. Esto será el toque final que caracteriza las naked cakes.



Yo puse margaritas y una rosa roja.
Antes de ponerlas es conveniente que las lavéis con agua y una gota de lejía. Y después la volvéis a lavar con agua limpia y las secáis.
Para introducirlas les puse un poquito de papel de aluminio en el tallo, hice el agujero en la tarta con un palito y las fui introduciendo. De esta manera quedarán bien sujetas.
Las frutas de arriba quedaron bien pegadas con la nata, pero las inferiores también las puse con medio palillito cada una.
Como remate final podéis espolvorear un poco de azúcar glass por encima de las frutas, le dará un toque muy romántico. A mí se me olvidó con las prisas, pero hubiese quedado un resultado genial.



La tarta da para unos doce comensales. Como veréis esto es lo quedó después de repartir a todos. Un trocito pequeño, el de la vergüenza.



Por último quería comentaros que para el relleno de la tarta también podemos utilizar merengue italiano con buttercream. Queda duro y firme y es perfecto para rellenar tartas de varios pisos.

Los ingredientes a utilizar son los siguientes:

200 gr de azúcar blanco.
225 gr Mantequilla a temperatura ambiente
4 claras de huevo
60 ml de agua.
Extracto de vainilla

Preparación

Lo primero que haremos será poner en un cazo al fuego el azúcar con el agua para obtener un almíbar. Dejamos a fuego suave unos 10 minutos, hasta alcanzar los 118º máximo y reservamos. Ya os enseñe en otro post como preparar el merengue italiano y qué es el punto de bola del almíbar.

Mientras tanto vamos montando las claras de los huevos. Una vez montadas vamos añadiendo el almíbar en hilo por las paredes del bol, sin parar de batir hasta que el merengue quede duro y brillante (pico de loro).

Es el momento de añadir la mantequilla. Tener en cuenta que el bol esté frío para que no se derrita la mantequilla y se corte. Si es necesario esperad un poco.

La vamos añadiendo en trozos y que vaya montando y haciéndose la mezcla dura y cremosa. Añadiremos la esencia de vainilla. Si queremos darle color añadiremos unas gotas del colorante elegido.

Reservar en una manga pastelera y rellenar la tarta.

Este merengue italiano con buttercream es ideal para decorar cupcakes. Podéis utilizarlo también para cubrir o decorar tartas. 

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