Cómo asar un buen chuletón de vaca a la brasa: las claves para ser el anfitrión 10

Todas las claves para asar un buen chuletón a la brasa son importantes, por pequeñas que sean. 

Cuando compramos una pieza de vaca de este calibre, ya nos dirigimos a la carnicería pensando cómo la vamos a asar, qué guarnición le pondremos, que vino abriremos y cómo haremos para que esa pieza que nos ha hecho tanta ilusión comprar acabe saliendo perfecta. 

Nos vamos a gastar un dinero, y por tanto queremos que el resultado sea el óptimo. Normalmente, siempre que vamos a nuestra carnicería a encargar un chuletón de estas características lo hacemos porque queremos celebrar algo, porque nos vamos a reunir con familiares o amigos, porque son Navidades, porque queremos darnos un buen homenaje, o simplemente, porque nos apetece. 

Después de hacernos con una pieza de carne de tal envergadura, tenemos nuestras expectativas muy altas respecto a su resultado. Queremos que el asado salga de diez, que salga perfecto, que no tenga ningún fallo. Queremos que al ver esa pieza asada de tres colores se nos haga la boca agua solo de mirarla. 

Porque queremos estar juntos, con amigos, con la familia, ... alrededor de una buena mesa, y que no falle nada. Por eso es importante seguir unos pequeños pero grandes consejos, claves para que seáis el mejor anfitrión. 

Así pues, me he permitido recoger todos esos consejos en este post, para que los sigáis y podáis degustar el sabor de esta carne en su mayor esplendor. 

Acordaos que ya tenéis un punto a vuestro favor, y es que el corte de carne del chuletón pertenece al costillar de la vaca incluida su parte superior. Por tanto, al ser una carne pegada a las costillas presenta mayor infiltración de grasa y es más jugosa y sabrosa que otras piezas.

Las claves:

1. La calidad de la carne determinará el mejor resultado. Un chuletón D.O. Ávila, por ejemplo, es un triunfo asegurado. Por tanto, ya que vamos a gastarnos un dinerillo en comprar una buena pieza, vamos a elegir una buena carne. La calidad marcará la diferencia. 

2. Su temperatura. Debemos sacarla del frigorífico unas dos o tres horas antes de ser asada. Debe permanecer a temperatura ambiente fuera de la nevera para que sea más fácil penetrar el calor en su interior durante el asado.

3. La leña. No es aconsejable usar leña de sarmiento. Esto por ejemplo si es válido cuando asamos chuletitas pequeñas, pues la leña de vid tiene una rápida combustión y no es apta para asar nuestro chuletón que nos va a pedir una temperatura constante. Lo haremos con leña fuerte.

4. La sal. Hay que cubrir con sal gorda la parte superior del chuletón y ponerla a asar inmediatamente. Ésta cogerá la sal necesaria durante el asado. Después sacudimos la sal sobrante y le damos la vuelta. Volvemos a cubrir esta cara con más sal gorda y del mismo modo, cuando esté asada se sacude el resto de sal. La pieza misma ya coge la sal adecuada, no debemos preocuparnos por ello. El sobrante lo retiramos. 
Nunca hay que echar la sal antes de asarla porque se seca. Siempre en el momento de asar.
La sal a utilizar será sal gruesa.

5. Al asarla debe estar a  medio palmo largo de altura de la brasa, unos 10 o 12 centímetros más o menos. Las brasas bien fuertes y candentes para darle una temperatura estable.

6. La cocinaremos tres minutos por cada lado. La norma es un minuto por cada centímetro de grosor de la pieza. Tres centímetros de grosor, tres minutos de asado por cada lado. De esta manera la carne adquirirá tres colores bien difierenciados. El tostado de fuera, el color rosa claro de medio centimetro más o menos a continuación, y el color rojo oscuro de su interior donde se va a concentrar el sabor. 

7. Dejar reposar un minuto y cortar para servir. Para ello quitamos el hueso lateral y después cortamos en lonchas gruesas. No os digo más, ya solo queda sentaros en la mesa y ¡¡a gozarlo!!