Ir al contenido principal

Quizás también te interese...

Bizcobrownie de aguacate y cacao

Bizcobrownie de aguacate y cacao Bizcobrownie de aguacate y cacao Como ya sabréis, el  aguacate  es un fruto que se ha puesto de moda en los últimos años. ¿Y por qué, os preguntaréis? El motivo es bien sencillo. Estamos hablando de un superalimento . Es muy recomendable para todos aquellos que necesitéis aumentar vuestro consumo de  ácidos grasos Omega 3 , puesto que  es un fruto rico en estos ácidos. Ayuda a reducir el colesterol malo y aumentar el bueno.  Además es muy recomendable para las mujeres embarazadas, puesto que aumenta sus niveles de ácido fólico tan necesarios para la perfecta formación de nuestro futuro bebé. Las grasas que forman parte del aguacate ayudan a nuestro organismo a absorber en mayor medida los nutrientes provenientes de los vegetales. Las grasas del aguacate ayudan a aprovechar la absorción de antioxidantes entre 2 y 15 veces más , por ello, es un aliado perfecto del resto de vegetales de nuestras e...

Huevos rotos con patatas y jamón: la receta más completa y perfecta

Huevos rotos con patatas
Huevos rotos con patatas




Una receta muy sencilla basada en el día a día de cualquier español. Huevos, patatas y jamón. Tres ingredientes de lo más simples pero que juntos, unidos por el pimentón de la Vera se convierten en un manjar del que puedes disfrutar siempre que te apetezca. No necesitas ser muy mañoso ni habilidoso en la cocina, tan sólo un poco de mimo y saber hacer y contar con ingredientes de calidad.

Unos buenos huevos ecológicos, patata agria (la mejor para las frituras), jamón ibérico y pimentón ahumado de la Vera.

Pimentón de la Vera                                                                                      

El cultivo de pimiento para pimentón es introducido en La Vera en el siglo XVI por los monjes Jerónimos del Monasterio de Yuste. 

Tradición y sabiduría se dieron la mano para acunar, desde la infinita calma del monasterio, el más preciado tesoro que los Jerónimos podían regalar a los sentidos. 

Guardado el secreto celosamente tras las piedras del claustro, poco a poco comenzó a filtrarse su preparado, hasta que llegó a elaborarse de forma espontánea por familias con gran tradición agrícola. 

Desde entonces, se extiende por todo el valle, alcanzando fama y prestigio y convirtiéndose en una de las principales riquezas de la comarca. 

La Vera, solar de origen del auténtico Pimentón de la Vera, mecida por las abruptas cumbres de Gredos, junto a los cursos de las gargantas y las ricas vegas bañadas por el río Tiétar. 

En La Vera, el pimiento para pimentón goza de un microclima privilegiado para su desarrollo natural. 

Los pimientos cultivados son de la especie “Capsicum annum” y las sub-especies cerasiforme y longum que dan lugar a tres tipos de pimentón: Dulce, Agridulce y Picante. 

Los pimientos, cuidadosamente seleccionados, se someten al proceso de secado tradicional de la Vera, diferente a los utilizados en el resto de las zonas productoras de pimentón. 

Un hogar de leña de roble o encina, aporta el calor necesario para la perfecta deshidratación de los frutos.

Es un proceso lento, de diez a quince días, durante el cual manos expertas voltean con sabiduría los pimientos hasta conseguir el grado idóneo de secado.

Este tradicional sistema de secado, confiere al pimentón sus tres características fundamentales: aroma, sabor y estabilidad de color.

Los pimientos secos son trasladados a las industrias transformadoras en las que se procede a eliminar el pedúnculo y parte de las semillas, previo a su molienda en los tradicionales molinos de piedra.

En el transcurso de la molturación, hay que prestar especial atención a la temperatura que alcanza el producto para asegurar la obtención de un polvo rojo, fino y uniforme, de óptima calidad: el Pimentón de la Vera.

Este pimentón es muy apreciado por el mercado, presentándose envasado en bolsas y latas para el consumo directo, y en sacos para la industria chacinera.





La importancia de los huevos                                                                       

En la actualidad podemos consumir tanto huevos producidos de una forma más industrial como huevos camperos o huevos ecológicos. 

Los huevos que encontramos normalmente en el supermercado para el consumo son en su mayoría procedentes de gallinas criadas en jaulas.

Si optamos por los huevos camperos o los ecológicos estaremos pagando un poco más por un huevo con las mismas características nutricionales, pero en consecuencia también estaremos pagando un poco más por el mantenimiento sostenible de nuestro ecosistema.

Y, ¿por qué digo esto? Pues porque la diferencia real entre un huevo u otro deriva de la forma en que se crían las gallinas que los producen.
Esto es: un huevo de gallina campero es aquél producido por gallinas que comen pienso igual que las de jaula pero que viven en un corral acotado, por lo que también picotean del exterior bichitos, insectos, lombrices... A su vez, un huevo de gallina ecológico es aquél producido por gallinas que viven en cobertizos, protegidas de la lluvia y el viento y además disponen de un terreno en el que picotear junto con no más de 3000 gallinas. Se alimentan de grano ecológico y sólo pueden ser tratadas con productos naturales destinados a la ganadería ecológica.

Por ello, comprando huevos ecológicos contribuímos a una agricultura y ganadería sostenible.

Los valores nutricionales y su sabor son los mismos. No existe ninguna diferencia en su composición.

Eso sí, la diferencia de color de la yema es debida a su alimentación. Si por ejemplo se alimentan con piensos que incluyen más maíz, el color de la yema es más amarillo. Además los huevos camperos y ecológicos tienen la clara más densa y espesa. Están más prietos. 

Para reconocerlos, los huevos camperos llevan el código 1 y los ecológicos el código 0 en primer lugar. Después ya viene su procedencia.

Los huevos nos aportan 150kcal por cada 100g, además de proteínas, vitaminas A, B8, B12, D y minerales como el hierro, fósforo, selenio, yodo y zinc.
Es importante saber que podemos tomar un huevo al día, puesto que no aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Debemos siempre consumir huevos frescos, es decir, que no hayan sobrepasado los 28 días desde su puesta. Además es mejor mantenerlos en el frigorífico en un envase o recipiente apto para ellos. 

Es de suma importancia no lavar la cáscara de los huevos bajo ningún concepto. Su cáscara es porosa, por lo que la humedad del agua podría penetrar en su interior y mezclarse con los excrementos del animal.
Es por esa porosidad, que en los supermercados y restantes puntos de venta, los huevos se presentan en estanterías sin refrigerar. Al llevarnoslos a casa, el aumento de temperatura del exterior podría hacer que esa humedad penetrase en los huevos y estropeara su calidad.

En cuanto a tallas, los huevos se dividen en cuatro categorías:
S pequeños, cuyo peso aproximado son 53g
M medianos, cuyo peso aproximado son 63g
L grandes, cuyo peso aproximado son 73g
XL supergrandes, cuyo peso aproximado son más de 73g

REFERENCIA.- El mundo.es 



Miniguía para saber cuál es la patata más conveniente para nuestra receta            


  • Variedad Monalisa

Es la patata más conocida. La patata todoterreno, como yo la llamo. ¿El por qué? Por su textura. No se deshace al cocer. No absorve demasiado aceite al freír. Es perfecta para asar en horno.

  • Variedad Kennebec

Otra patata todoterreno. Ideal para guisos, frituras o asados.
Dentro de esta categoría englobaríamos patatas con indicación protegida como las gallegas (Pataca de Galicia) y las catalanas (Patatas de Prades).

  • Patata Agria

Perfecta para freír. Queda crujiente por fuera y tierna por dentro.

  • Variedad Red Pontiac

Piel roja por fuera y carne blanca por dentro. Textura ligeramente granulosa. Perfecta para los amantes de la tortilla de patata. Funciona muy bien en estofados con verduras y guisos de legumbres por su buena cocción.

                                   Su conservación                                                                                                    

Para conservar las patatas siempre debemos guardarlas en un lugar fresco y seco, con una temperatura constante alrededor de los 10º.
Un exceso de calor conlleva a que la patata eche ojos (brotes). 
Un exceso de frío conlleva a la patata a volverse agria y poco apta para freír.
Lo mejor es guardarlas en un sitio ventilado en sacos de tela o un cajón con aberturas para que se aireen.
Nunca debe darles la luz del sol porque verdean y por tanto habría que desecharlas.

                     Nuestras recetas adaptadas según la temporada                                                               

Como siempre os digo hay que adaptarse a los productos de temporada. Ésta es la mejor forma de cocinar y que nuestros platos salgan siempre con la calidad óptima.
Para ello también tenemos que saber que las patatas tienen su tiempo, su estacionalidad, y por tanto, debemos adaptarnos a él en la medida de lo posible.
De esta manera podemos encontrarnos con:
  • Patatas nuevas, recolectadas entre los meses de marzo y junio. Contienen más agua y menos almidón. Así pues, la mejor manera de cocinarlas es cocidas, dado que no se deshacen al tener una textura más firme. Podemos utilizarlas para ensaladilla, guisos o cocidas al vapor para ensaladas.
  • Patatas semitardías, recolectadas en los meses de más calor, en verano. Presentan un nivel medio de contenido en almidón y agua, por lo que podemos utilizarlas para lo que queramos. Además son las que mejor se conservan.
  • Patatas viejas o tardías, cuya recolección se produce en otoño. Son aptas para purés y cremas. Se dejaban enterradas para que su piel se volviera más gruesa y así poder conservarlas durante todo el invierno para su consumo. Su alto contenido en almidón las hace ideales para guisar ya que engordan la salsa y absorven mejor los sabores.

La receta   🍳                                                                                        


Ingredientes para 4 personas:


4 patatas variedad agria
8 huevos ecológicos
pimentón de la Vera
jamón ibérico


Pasos a seguir:


Cortar las patatas en dados y freír en abundante aceite. Reservar en una fuente. Os dejo el enlace cómo conseguir la perfecta patata frita.


Freír los huevos ecológicos y poner sobre las patatas.

Cortar unas lonchas de jamón ibérico y poner encima.

Espolvorear con pimentón de la Vera.

Huevos rotos con patatas

Preparar un buen pan para untar.





Comentarios

Lo más visto del blog