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Cómo conseguir "La perfecta patata frita" |
He aquí los 8 pasos a completar en el ritual de la perfecta patata frita:
1. Nuestro primer paso para conseguir la perfecta patata frita será elegir la patata perfecta adecuada para freír. Debemos elegir la variedad de patata llamada agria. De gran tamaño, forma ovalada y piel fina. Su carne es amarilla. Es un tipo de patata que queda tierna por dentro y crujiente por fuera. Para conservarlas no olvidéis: siempre tienen que estar en un sitio seco, sin que le de el sol, a una temperatura constante (unos 10º) y ventiladas, bien dentro de un saco con agujeros o en un cajón con agujeros para que la patata respire. Y por supuesto nunca dentro del frigorífico.
Pelaremos la patata. Hoy en día existen unos peladores maravillosos que te facilitan el trabajo infinitamente y sin posibilidad de cortarnos.
2. Cortamos la patata en rodajas de 1 cm de grosor x 1cm de ancho aproximadamente si vamos a hacerla a tiras, o como yo, en cuartos, o patatas paja cortadas en mandolina. Podéis hacerlo como queráis pero eso sí, las patatas tienen que tener todos el mismo tamaño.
3. El tercer paso importante será dejar las patatas sumergidas en agua fría y dejar que suelten la fécula. Lavarlas hasta que el agua salga transparente. Si dejamos la fécula las patatas tienden a pegarse.
4. El siguiente paso es igual de importante. Debemos extender un paño o papel absorvente para retirar todo el agua posible. Además esto hará que no nos salpiquen cuando las echemos en el aceite.
5. Utilizar un buen aceite de oliva.
Si podemos utilizar una olla con abundante aceite o si tenemos una sarten honda. Que haya cantidad de aceite y la patata quede sumergida. Si tenemos freidora excelente, porque además podremos controlar la temperatura.
6. Lo ideal es tener el aceite bien caliente a la hora de echar las patatas. En cuanto las echemos empezará a borbotear, y la temperatura descenderá bastante porque el aceite se enfría. Por eso no debemos echar demasiada cantidad de patata.
Las vamos a dejar que se frían a fuego medio durante todo el tiempo, a unos 130º aproximadamente. Las patatas se cocinarán por dentro y quedarán blanditas en su interior.
Es importante no remover las patatas hasta el final.
7. En el último momento subimos el fuego para que se doren por fuera.
Cuando estén crujientes las sacamos a un papel absorvente para eliminar el exceso de aceite.
8. Vamos a echar la sal en el último momento, cuando hayamos sacado las patatas al plato o fuente de servir.
Siguiendo estos sencillos pasos conseguiremos nuestra perfecta patata frita, tierna por dentro y crujiente por fuera.
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