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| mermelada de ciruelas rojas y especias |
¡Hola! De nuevo os traigo otra de mis recetas de mermelada casera. En esta ocasión de ciruela roja, mi fruta preferida. He tenido que comprarlas en el supermercado y dejarlas madurar bien en casa porque precisamente en mi huerta no tengo ningún árbol de este tipo.
La ciruela procede del árbol ciruelo, perteneciente a la familia de las rosáceas y al género prunu, al igual que el melocotón y el almendro. Son frutas de piel suave, carnosas por dentro y poseen un hueso o semilla única en su interior.
Y es que soy fan de las mermeladas caseras. No hay nada como levantarse un domingo por la mañana y desayunar en la terraza, bajo la tenue luz del sol de esas horas, junto a unas buenas tostadas con mantequilla y mermelada acompañando el café matutino.
Como sabréis si habéis visto la receta de alguna de mis mermeladas, todas vienen a realizarse de la misma manera, por lo que podéis haceros expertos fácilmente con solo animaros a preparar un par de ellas. Y lo mejor es que, al ser caseras, puedes hacer alguna variación en su composición, adaptándolas a tu gusto y añadiendo jugos o partes de otra fruta, especias o licores distintos que le darán un toque especial y diferente a la mermelada.
Además, os puede servir como bonito regalo para la familia, que os lo agradecerá. Si las preparas tú mismo y las envasas en un bote bonito (puedes decorarlo tú mismo), envuelto en algún lazo, con alguna etiqueta mona... quedarás divinamente.
Vamos allá con la mermelada...
Las cantidades que pongo siempre suelen ser las mismas y están adecuadas a mi gusto. Ya os explico más abajo que podéis cambiar las cantidades un poco para adaptarlas a vuestro gusto particular.
Es necesario saber que para lograr una buena mermelada es necesario que el fruto tenga cierta cantidad de pectina, por ejemplo, los cítricos, el membrillo y la manzana. Por ello se le añade siempre el jugo de una naranja, un limón, o el corazón de la manzana o membrillo, ricos todos ellos en pectina.
Propiedades
En cuanto a esta deliciosa fruta, os puedo contar que la ciruela roja es rica en fibra, vitaminas E, C y K y minerales como el calcio, potasio, hierro y magnesio, por lo que resulta muy beneficiosa para la salud.
Procedencia
Las hay amarillas, rojas, verdes, púrpura, moradas y negras. Una excelente variedad de sabor combinado entre ácido y dulce, refrescante e imprescindible en nuestra dieta, sobretodo en verano, en plena temporada de recolección.
Las variedades europeas proceden del Cáucaso. Las variedades orientales proceden de China.
Y, ¿sabéis lo que representa la ciruela en este país?. En China la ciruela simboliza el tesón frente a la adversidad, debido a que sus flores se abren en pleno invierno.
En la antigüedad....
Y como dato curioso os contaré, que ya los antiguos egipcios cultivaban este tipo de fruta. Era habitual secar las ciruelas, para pasar a formar parte de su dieta. De echo, en las antiguas pirámides se han encontrado ciruelas pasas que formaban parte de las provisiones que el muerto se llevaba al más allá.
Ingredientes
1 kg de ciruelas rojas
400 g azúcar
jugo de 1 limón
una rama de canela
4 clavos de olor
el jugo de una naranja
Pasos a seguir
En primer lugar tengo que comentaros que nunca pongo las mismas cantidades de azúcar y fruta, no lo suelo pesar, lo echo siempre a ojo.
En un principio pelo y deshueso toda la fruta y la corto en trozos grandes que pongo en una cazuela con bastante azúcar. Por ejemplo, un kilo de fruta pelada y medio kilo de azúcar. Echo el zumo de medio limón exprimido junto con una rama de canela, 4 clavos de olor y el jugo de una naranja y dejo reducir a fuego suave removiendo de vez en cuando.
Y voy probando la mermelada hasta que llega al punto de dulzor que me gusta. A veces, dependiendo de lo madura que esté la fruta necesita más o menos azúcar. Yo por eso lo hago así. Además, tampoco me gusta excesivamente dulce, me gusta que se note el sabor de la fruta.
Por otro lado, podemos triturar o no. Yo no lo hago. Me encanta la textura de la mermelada sin triturar. Eso sí, la de albaricoque si que la trituro, porque la pulpa tiene como unos hilitos que no me gusta notar.
Respecto a la textura que tiene que quedar, tenemos que tener en cuenta siempre que después de apagar el fuego, la mermelada siempre espesa un poco. Os lo digo porque más vale que apaguéis el fuego un poco antes, y cuando se enfríe comprobéis que esté espesa a vuestro gusto, de lo contrario si os pasáis en reducirla en caliente, cuando se enfríe será un mazacote.
Más vale pasarse un poco de líquida y rectificar, volviendo a reducirla un poco más que pasarse de espesa, que luego ya no tiene remedio.
Cuando esté fría, la embotáis en botes esterilizados previamente. Y a continuación, sumergís los botes boca abajo en una cazuela con agua hirviendo, tapados, durante 5 minutos.
Dejáis enfriar y podéis guardarlos en la despensa todo el año.
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