Es tiempo de higos. Pleno verano. Y podemos aprovecharnos de la buena temporada que tenemos este año para consumirlos frescos. Pero si nos animamos y nos apetece conservarlos para consumir más adelante, podemos utilizarlos para hacer mermelada o conservarlos en seco. Esto último yo nunca no le he hecho. Algún día investigaré el método para hacerlo, pero de momento, solo hago mermelada con ellos. En Albacete, este tipo de higo sí lo secan para comerlo después en invierno y están buenísimos.
En fresco también podemos usarlos en tartas. Es el caso de esta tarta alemana de higos frescos que tal vez os apetezca preparar en algún momento. Os dejo el enlace.
Habitualmente suelo hacer mermeladas de todas las frutas que tengo en mi huerto. Hoy le ha llegado el turno a los higos blancos. Tenía una cita con ellos y ellos conmigo. Y esta tarde me he puesto manos a la obra y he preparado un par de botes. Uno de regalo, el otro para mí.
Algunas veces hago botes de mermelada y los regalo a la gente que quiero y que me rodea. Decoro los botes con telas y cuerda, etiquetas pintadas a mano, u otra manera de hacer más atractivo su envase y cuando los regalo, a la gente le encanta recibirlos. Quedan muy agradecidos, se nota que has puesto interés en hacerlo. Y ellos se sienten queridos y muy contentos. Siempre alegra que alguien haya hecho un regalo él mismo pensando en tí. ¿No es cierto?
Los higos, tanto blancos como negros, son altos en fibra y una buena fuente de varios minerales esenciales, incluyendo al magnesio, manganeso, calcio, cobre y potasio, así como vitaminas, principalmente la K y B6.
Los higos blancos que tengo en mi finca son una variedad muy dulce. Tienen un punto de miel en el culete. Pertenecen a una especie de higuera que no crece habitualmente en la Comunidad Valenciana, sino en Albacete, de la variedad yoral Hace un par de años me dieron un plantón y rápidamente creció con gran vigor. Hoy por hoy, tengo una higuera preciosa que está empezando a hacerse grande y bonita. No obstante, la productividad de esta higuera es exagerada. Me da gran cantidad de higos.
Son unos higos de color verde claro por fuera y rosados por dentro. Por ello, el color de la mermelada es más ámbar. No es tan oscura como la de los higos morados, que tienen un color granate intenso en su interior.
Al ser unos higos tan dulces, no he necesitado añadir demasiado azúcar. La proporción general de azúcar y pulpa de fruta es de 1:1, pero esto depende del punto de maduración y otros factores como la pectina.
La pectina es un espesante, que hace que la mermelada espese cuando alcanza los 105º. Por ello, utilizamos alimentos como el limón o la manzana, ricos en pectina, para espesar.
Recordad que para hacer mermelada siempre debéis tener a mano botes recién esterilizados y envasarlos al vacío después. Es imprescindible este paso para que la mermelada no se nos eche a perder y podamos conservarla durante mucho tiempo en la despensa.
El azúcar es un conservador natural. Desde tiempos antiguos se emplea para conservar los alimentos. Ya los egipcios lo utilizaban incluso en su momificación.
Yo siempre recomiendo agregar un tercio del peso de la fruta en azúcar cuando está muy madura, si no, la mitad. E ir probando el dulzor hasta obtener la mermelada a vuestro gusto.
A mí no me gustan las mermeladas especialmente dulces. Siempre tiendo a hacerlas más ácidas. Me gusta notar el sabor de la fruta, en lugar del azúcar. Pero eso lo dejo a vuestro gusto personal.
Hoy he añadido una ramita de canela para añadir un aroma más a la mermelada. La canela siempre da un toque genial a la fruta, sea cual sea. Algunas veces, añado licores. Es el caso de la mermelada de higos morados napolitanos que hice hace un par de años, a la que añadí orujo. Las especias y los licores les dan un toque especial. No solo preparo mermeladas clásicas, me gusta innovar añadiendo otros aromas. Ahora, me falta empezar a innovar, mezclando frutas y sabores distintos, pero eso será más adelante...
Para esta receta de Mermelada de higos blancos frescos he utilizado las siguientes cantidades.
Ingredientes para dos botes medianos:
1,5kg de higos blancos sin piel
0,5kg azúcar blanco
el jugo de dos limones
1 rama de canela
Tiempo total de cocción:
1 hora aproximadamente
Pasos a seguir:
Pelar los higos blancos y pesar la pulpa.
En una cazuela poner la pulpa junto con el azúcar, el jugo de limón y la rama de canela.
A fuego suave siempre, dejar que reduzca hasta adquirir una consistencia espesa pero no demasiado. Recordad que luego, al enfriar, la mermelada espesa más. Si os pasáis en caliente, luego quedará un mazacote.
No obstante, no debéis preocuparos si la primera vez no os sale bien. Es normal. Yo también he tenido que hacer varias mermeladas para saber el punto exacto que debe tener cuando apagamos el fuego.
Una vez la mermelada esté hecha, retiramos la canela y embotamos como normalmente hacemos.
Ponemos a hervir los botes en agua hasta cubrirlos por completo y dejamos hervir en el agua durante diez minutos. De esta manera quedarán sellados al vacío y podremos conservarlos durante al menos un año. Es importante también que los dejemos boca abajo en la despensa, para evitar cualquier burbuja de aire en el interior. En un lugar fresco y seco, y si están tapados con un trapo de cocina, protegidos de la luz solar, pues mejor que mejor.
Y listo! Tenemos nuestra mermelada perfecta para consumir en invierno en el desayuno con unas tostadas, untadas en mantequilla, como relleno de tartas, o como cobertura de tartas de queso... Una excelente opción para multitud de postres caseros. Que como siempre, no tendrán nada que ver con los industriales.
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